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DÉJAME, QUIERO MORIR

Napoleón dijo: “Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse a el, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.” En los Estados Unidos de América cada año se producen 30 mil muertes por suicidio consumados, éste numero es 8 a 10 veces superior si contabilizamos el numero de intento suicidas. A esta cifra se le excluye el número de suicidios crónicos secundarios del consumo desproporcionado al abuso de alcohol o drogas o las desatenciones de dietas médicas para la diabetes, obesidad e hipertensión.

La Organización Mundial de la Salud, [OMS] y la Asociación Mundial de la Salud, [AISP] han identificado el suicidio como la tercera causa de muerte en el mundo, especialmente entre los 15 a 44 años de edad, pudiéndose prevenir. De acuerdo con OMS un millón de personas se suicidan cada día en el mundo, es decir, una cada 40 segundos. Mientras en la República Dominicana la tasa actual de suicidio es de 3 a 8 por cada 100,000 habitantes. La Oficina Nacional de Estadísticas, [ONE] ha indicado que el 87 por ciento de los casos de suicidios ocurridos en los últimos siete años han sido hombres. Estos números son alarmantes para un país que se encuentra en un intento de desarrollo.

También es de extrema importancia que realmente se desconoce la cifra real de la cantidad de personas que intenta suicidarse, pues por cada persona que ejecuta un suicidio, existen aproximadamente 20 personas más que intentan acabar con sus vidas.

A nivel mundial, las tasas de suicidio han incrementado en un 60 por ciento en los últimos 50 años, y éste aumento ha sido significativo para los países en vía de desarrollo, (OMS, 2008).

Por lo que la OMS y AISP le han sugerido a los países y sus gobiernos que reconozcan las causas del suicidio, proteger a los grupos mas vulnerables (las personas con problemas psicológicos y psiquiátricos, los que le faltan el contexto socio-económico, las personas dependientes a las bebidas alcohólicas y las drogas, a los minusválidos, a las personas educacionalmente pobres, las personas débiles de salud física, y a los enfermos de alto riesgos), identificar las tendencias e intercambiar información con otros países, especialmente en las medidas de prevención.

Las estadísticas de suicidio actualmente, se basan en los certificados de defunción y en las pesquisas judiciales, por lo que existe una subestimación de la verdadera incidencia. No obstante, el suicidio se encuentra entre las diez primeras causas de muerte, y es la segunda causa de muerte entre los adolescentes.

El suicidio es una conducta en la que la persona se autodestruye quitándose la vida. Este comportamiento autodestructivo puede ser directo o indirecto. Los gestos suicidas, los intentos de suicidio y el suicidio consumado son ejemplo de comportamiento autodestructivo directo. Por lo que se deberá entender que el comportamiento suicida es cualquier acción intencionada con consecuencias potencialmente mortales.

El comportamiento autodestructivo indirecto implica la participación, casi siempre de una forma repetitiva en actividades peligrosas sin que exista una intención consciente o clara de morir. Ejemplo de un intento suicida o comportamiento autodestructivo indirecto incluyen el abuso del alcohol o drogas, el descuido de la salud especialmente en pacientes de alto riesgo, la automutilación, conducir un auto de modo temerario, o hacer carreras de alta velocidades conduciendo temerariamente los motores y el comportamiento criminal. Estas personas que exhiben un comportamiento autodestructivo indirecto son a los que llamamos “que tienen un deseo de muerte”, pero generalmente existen muchas razones para ese comportamiento. La conducta suicida por lo general resultan de la interacción de varios factores causales como lo son la depresión y otros problemas psicológicos y psiquiátricos; las enfermedades orgánicas crónicas o terminales (como diabetes, hipertensión, cáncer, problemas cardiacos, VIH, SIDA, entre otros); los factores sociales como las desilusiones, problemas familiares, problemas maritales, falta de contacto y comunicación humana, perdida de un ser querido y la ausencia de apoyo social; los trastornos de la personalidad; y los problemas financieros o perdida de empleo.

La mayoría de estas personas que intentan o consumen el acto suicida presentan una depresión enmascarada. El suicidio es a menudo el acto final de una serie de comportamientos autodestructivos. Cualquier acto o amenaza de comportamientos autodestructivos verbal o físico deben ser tomados en serio, y todos deberán ser evaluados y tratados por un profesional de la conducta.

Es importante destacar que a veces un suicidio consumado o intento de suicidio se presenta como algo totalmente sorpresivo y chocante, incluso para los familiares cercanos, los amigos y los compañeros, generalmente existen signos premonitorios. En general estas personas que se quieren autodestruir se encuentran deprimidos, y por ende, el paso practico mas importante para evitar esta conducta autodestructiva es diagnosticar y tratar psicológica o psiquiátricamente.

El escuchar y observar los signos y síntomas que pueden ser conscientes o inconscientes son muchas veces un grito de ayuda de una persona que no tiene las herramientas necesarias y en el momento para expresar el dolor emocional y lo mal que se sienten. Las banderas rojas se alzan en alerta cuando usted escuche frases como: “todo estaría mejor si yo no estuviera aquí o sin mi”, “no importa algún día volveremos a vernos”, “ No importa, no estaré por mucho tiempo mas”, “ya yo no le importo a nadie”, preocupación por la muerte, ya sea de una forma verbal o por escrito sobre ella; hacer un testamento y encargárselo de ejecutarlo a un amigo o familiar en caso de que algo le pase, arreglar papeles y cosas personales. Hacerle prometer de que usted cuidara de sus hijos o familiares cuando el o ella ya no estén presentes, cuando le escuchen despedirse con un sentimiento de no volverse a ver mas, hablar del suicidio con una seguridad, aunque estuvieran bromeando; haber tenido muchos accidentes recientemente; implicarse en conductas de riesgo, como exceso de velocidad, y por ultimo no olvidemos las amenazas verbales o escritas de autoagresión u otras personas.

En fin, recapitulemos para que puedan reconocer cuando una persona tiene sentimiento de querer suicidarse o intentar hacerlo, miremos a:

Signos Iníciales.

• Angustia Elevada.

• Conducta Impulsiva.

• Ansiedad Elevada (Nerviosismo).

• Afirmaciones o expresiones de sentimientos de culpa.

• Tensión o Estrés Elevado.

Signos Críticos.

• Intentos directos o indirectos de suicidio.

• Amenazas directas o indirectas de cometer suicidio.

• Regalar pertenencias, intentos de “poner en orden sus asuntos personales”.

• Cambio de conducta repentina, especialmente de calma después de un periodo de ansiedad.

Signos de Peligro.

• Perdida de interés en actividades que eran previamente placenteros.

• Disminución súbita en el desempeño escolar, laboral o académico.

• Cambios inusuales en el sueño o hábitos alimentarios.

• Irritabilidad inusual.

• Retraimiento a los amigos.

Muchas de las personas que intentan conductas autodestructivas directas o indirectas intentan hablar de ello con anterioridad. Algunas veces, la capacidad de hablar con alguien compasivo, que pueda y sepa escuchar sin hacer juicio es lo suficiente para evitar que la persona ejecute el acto de suicidio, pues usted mismo puede buscarle la asistencia profesional de un psicólogo o psiquiatra o de una emergencia en una clínica u hospital, pero mientras usted busca esa ayuda nunca desatienda a la persona, ni la deje sola bajo ninguna razón. ¡Nunca ignore una amenaza o un intento de suicidio, pueden salvarle la vida a cualquiera!

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